Hoy vamos a aprender a cambiar la rejilla de enea de una silla. Parece algo complejo, pero nada de eso, es bastante sencillo y solo hace falta saberse un par de truquillos.
En primer lugar tomaremos el pedazo de rejilla que más se adapte al ancho de nuestro asiento, recortándolo de manera que se acerque a la forma del mismo. Seguidamente debemos dejarlo en remojo unas doce horas, periodo tras el que el material quedará flexible y podremos adaptarlo perfectamente a la ranura del asiento. Así pues, lo fijaremos al asiento provisionalmente, mediante cuñas de madera, procurando centrar el dibujo lo más armónicamente posible. Previamente habremos untado la ranura con cola (amarilla si es posible).
A continuación, procederemos a embutir la matriz, que es la varilla que sujeta y tensa la rejilla en la ranura.
Entre la matriz y la rejilla untaremos nuevamente con cola.
Este es el aspecto que debe presentar nuestro asiento una vez terminemos de colocar la matriz.
La rejilla sobrante la retiraremos mediante corte, con un cutter o bisturí
Este es el resultado final antes de darle el acabado, la rejilla debe secar del todo para conseguir su máximo punto de rigidez, dando como resultado un asiento sólido fresco y cómodo.
Podemos oscurecer o envejecer la rejilla, según nos lo pida el asiento en cuestión. En este caso se trata de igualar el color del asiento con el del respaldo (que no hubo que cambiarlo). Esto lo podemos conseguir mediante la aplicación de tintes mezclados con un medio fijador (goma-laca).
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