En el mercado se pueden encontrar multitud de cantoneras o esquineras con las que proteger las esquinas de las paredes de la vivienda frente a rozaduras o golpes fortuitos. Resulta recomendable poner en práctica esta idea tras realizar obras en casa. De esta forma pueden taparse posibles deterioros que se hayan podido producir en las esquinas al recibir algún golpe durante las obras.
Este tipo de revestimientos protectores se fabrican en diferentes materiales de gran resistencia, generalmente de madera, metálicos o plásticos. Normalmente suelen elegirse cantoneras de acabado a juego con los rodapiés, el suelo o la decoración circundante.
Si se eligen de madera es aconsejable que ésta sea dura, como el roble, el haya o el fresno. En el caso de los plásticos, estos pueden imitar diferentes materiales. Así muestran acabados metalizados o de imitación a la madera, y son más baratos y de gran resistencia.
Se acostumbra a fijar las cantoneras en las esquinas, a lo largo de toda su altura o a media altura. También puede combinarse el elemento protector con un decorativo friso. De esta manera se consigue un acabado de aspecto rústico.
Las cantoneras se fijan a la pared con materiales adhesivos o clavándolas a la misma con puntas cobrizas de cabeza cilíndrica, que pueden introducirse totalmente en la madera. Después simplemente hay que tapar el orificio que deja el clavo al empotrarse con cera del mismo color que la cantonera.
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