La iluminación en la cocina ya es un básico, por eso hoy en día no solo la utilizamos para cocinar, si no para ver la televisión, desayunar, comer, como punto de encuentro, en definitiva se ha convertido en uno de los espacios más utilizados de la casa.
La iluminación ideal para cualquier cocina, es la combinación de la luz natural con la artificial. Es por eso que si nuestra cocina cuenta con bastante luz natural, deberemos aprovecharla al máximo, planificar una buena distribución de los muebles para que no dificulte su circulación.
Es básico contar con una luz constante y uniforme por eso os aconsejamos distribuir varios puntos de luz donde colocaremos focos empotrados o downlight. Elegiremos el tipo de iluminación led y nos aseguraremos que tengan una abertura focal como mínimo de 60º, de este modo tendremos una mayor expansión de luz.
Lo recomendable es dejar una distancia de foco a foco de al menos un metro.
¿Por qué os aconsejamos elegir la iluminación led?
Pues muy sencillo, su consumo energético es muy bajo, con un 90% menos que una bombilla tradicional, destacamos su vida útil ya que nos facilitan hasta 20.000 horas, diez veces más que una bombilla incandescente.
Hoy en día ya es toda una tendencia el consumo de la luz led, se comercializa en diferentes formatos como en bombillas E27, E14, fluorescentes redondos, alargados etc.…
Tendremos que tener un punto general de luz, al igual que dispondremos de una luz puntual.
Definiremos su uso para los fines que hagamos en la cocina como sentarnos a tomar un café, charlar o incluso leer el periódico, aparte de cocinar.
Lo ideal es dotar a cada zona con su propia luz de refuerzo. Esta aparte de ser mucho más cómoda nos ayuda también a ahorrar, ya que de esta manera si estamos trabajando en una parte de la cocina, no será necesario tener encendida la luz general y nos bastará con la puntual.
A la hora de trabajar en nuestra encimera y manipular los alimentos, lo ideal es disponer de una buena iluminación puntual.
Esta luz la situaremos en los bajos de los módulos altos de la cocina.
Podemos elegir la tiras led, ya que son prácticas, sencillas de instalar y muy discretas.
Su iluminación será homogénea y esta nos evitara que la vista se nos canse.
Cuando elijamos nuestra luz led, tendremos que tener en cuenta su temperatura de color.
En el área de trabajo se recomienda una luz fría de aproximadamente 4000 ºK, con esta respetaremos el color natural de los alimentos. En cambio en el office lo ideal es elegir una luz calida de unos 3000ºK.
Al cocinar lo importante es ver el color de los alimentos correctamente, por eso una buena iluminación nos facilita hacer bien nuestro trabajo.
Otra propuesta es poner luz dentro de nuestros armarios. Su consumo es mínimo, y esto lo que nos ofrece es poder ver los productos que tenemos en nuestras estanterías sin necesidad de dar la luz general de la cocina.
Podemos ganar mucha más claridad si elegimos cocinas de color blanco, de acero o lacadas. Estas tienen acabados que reflejan la luz, su efecto rebota en ellos y hace que se multiplique por toda la estancia.
Otro foco de luz es nuestra campana, aparte de ser un extractor, nos proyecta una luz brillante en la superficie de cocción.
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