Como recordaréis, la semana pasada os hablamos de los sistemas de calefacción. Hoy os contaremos todo lo que tenéis que saber para un buen mantenimiento de radiadores.
En todos los hogares están presentes los radiadores, unos aparatos de calefacción que funcionan con una caldera.
El cuidado de los radiadores es fundamental, de esta manera podremos darle un correcto funcionamiento y alargar la vida útil tanto en los radiadores como en la caldera.
Es importante hacer un mantenimiento frecuente de los radiadores, es muy sencillo y podemos hacerlo de forma habitual. Cuando entra la temporada de frío y nos toca encender la calefacción, lo primero que tendremos que hacer es revisar cada uno de los radiadores de la casa. Nos aseguraremos que funcionen correctamente y así gastaremos menos energía para calentar la casa.
Como comentamos la semana pasada, los radiadores funcionan por convención. Se trata de un sistema que calienta el aire de su alrededor, el cuál se eleva dejando así que el aire frío sea atraído a la parte inferior. (Es decir, por la parte de abajo).
Por esta razón, tenemos que mantener los radiadores limpios y libres de polvo, sin dejarnos las aletas del convector, ya que esta es fundamental para un correcto funcionamiento.
El mantener los radiadores despejados nos beneficia y garantiza un correcto funcionamiento, por eso nos aseguraremos de que haya suficiente espacio entre ellos. De esta forma el aire fluirá libremente.
Otro de los puntos que tendremos que tener en cuenta a la hora de purgar los radiadores, es mantener apagada la calefacción.
Empezaremos este proceso utilizando una llave de radiador, que colocaremos en el centro de la válvula en la parte superior del extremo del radiador. Oiremos un silbido cuando el aire vaya saliendo del radiador. Una vez se haya expulsado todo ese aire, comenzara a salir el gas; es ahí cuando giraremos rápidamente la llave en sentido contrario para volver a cerrarla. Nos aseguraremos de cerrar la llave correctamente.
Una vez hayamos terminado de purgar todos los radiadores, comprobaremos la presión de la caldera. Nos aseguraremos de que esta no esté por debajo del nivel rojo. Si la presión de la caldera ha bajado, es tan fácil como volver a subir su nivel abriendo la llave que está situada debajo de nuestra caldera.
